La pequeña historia del Día de la Madre

O cuando las mamás finalmente tuvieron un día para ser idolatradas (y esperar regalos geniales).

¡Ah, día de la madre! Ese día especial en el que nuestras queridas mamás son puestas en un pedestal y se supone que debemos mostrarles nuestro amor y gratitud de una manera vívida. ¿Pero conoces realmente la historia de esta celebración tan alegre como estresante para los niños?

Viajemos en el tiempo a la antigüedad, cuando los griegos y romanos celebraban a las deidades maternas. Los griegos rendían homenaje a Rea, la madre de los dioses, mientras que los romanos adoraban a Cibeles, la diosa madre. Celebraban grandes festividades para celebrar la fertilidad y la maternidad, y las madres eran tratadas como verdaderas reinas, reinas divinas, por supuesto.

Luego, en la Edad Media, el Día de la Madre tomó un giro religioso. Los fieles dedicaron el cuarto domingo de Cuaresma a la Virgen María, madre de Jesús. Las iglesias se llenaron de devotos que oraban por la salud y la felicidad de sus madres, mientras los niños se apresuraban a recoger sus calcetines sucios antes de que María viniera a inspeccionar.

Pero no fue hasta el siglo XIX que el Día de la Madre empezó a parecerse a lo que conocemos hoy. Une femme du nom d'Ann Reeves Jarvis a joué un rôle clé en organisant des "clubs de travail des mères", où les femmes se réunissaient pour échanger des conseils sur l'éducation des enfants et sur la meilleure façon de cacher les légumes dans los platos.

Tras su muerte, su hija Anna decidió crear un día especial para honrar a todas las madres y logró convencer a las autoridades estadounidenses para que oficializaran el Día de la Madre en 1914. Puede que haya recibido una medalla por ello, pero sobre todo, recibió miles de agradecimientos. Tarjetas de papelería.

Se produjo un giro político en Francia bajo el régimen de Pétain. El Día de la Madre se utilizó como herramienta de control para glorificar a las madres como pilares de la familia y reforzar la idea de sumisión y conformidad. Recibieron flores cuidadosamente escogidas para corresponder al discurso político del día. Las madres merecían más que un día de celebración manipulado para servir a intereses políticos.

Después de 1945, el Día de la Madre en Francia redescubrió su verdadera esencia: celebrar a las madres sin segundas intenciones políticas. No más ramos de propaganda y discursos controlados. Los niños finalmente podrán ofrecer flores con amor sincero y palabras dulces, sin preocuparse por las connotaciones políticas. El Día de la Madre se ha convertido una vez más en una alegre ocasión para expresar nuestro agradecimiento a nuestras extraordinarias madres, sin ninguna intromisión política.

A estas alturas, el Día de la Madre se ha extendido por todo el mundo y cada país elige su propia fecha para celebrar a las mamás. Es un día en el que los niños se devanan los sesos para encontrar el regalo perfecto, muchas veces con la presión de no equivocarse y no dar el mismo regalo que el año pasado. Los floristas están alborotados, los chocolateros se frotan las manos y los fabricantes de collares de macarrones también se frotan las manos, pero por una razón completamente diferente.

Ya sea que elijas darle regalos, prepararle una comida o simplemente expresar tus sentimientos con palabras dulces, recuerda que lo que más importa es la intención y el amor sincero.